La fe y el amor van juntos

Continuando con el programa de actividades, el viernes 5 de abril el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider presidió un Servicio Divino para portadores de ministerio y sus cónyuges en la iglesia Constitución (Buenos Aires, Argentina).

Fueron invitados también siervos en descanso y esposas, y viudas de siervos. El encuentro comenzó a las 20 hs, participaron en la iglesia 315 concurrentes; asimismo fue realizada la transmisión en directo a los países de habla hispana de toda el área.
Junto al Apóstol Mayor y sus acompañantes, estuvieron presentes todos los Apóstoles de la INA Sud América y Obispos de Argentina, entre otros siervos.
Como base para la prédica fue leído el texto bíblico de Juan 21:7: “Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar”.
Al comienzo de la hora, el Apóstol Mayor expresó el agradecimiento, en su nombre y de los Apóstoles, por todo el trabajo, esfuerzo y amor de los hermanos y hermanas. “Dependemos de Jesús, por supuesto. Pero también de ustedes”, dijo.
La palabra del día relata una aparición de Jesucristo resucitado ante algunos discípulos. Ellos habían intentado pescar durante toda la noche pero no habían obtenido nada. Jesús les dijo que echaran la red del otro lado y salió llena de peces.

Centrarse en el Evangelio
“Esta es una imagen de la misión que recibieron los Apóstoles y de nuestra misión”, profundizó el Apóstol Mayor. “La red es una imagen del Evangelio”, agregó, “y el Evangelio es lo que atrae a las personas hacia Jesucristo”. Esa red no se rompió a pesar de estar llena de peces. Del mismo modo, “el Evangelio es válido para todos los tiempos y para todas las personas, sin excepción … Centrémonos en el Evangelio, en lo que Jesús anunció que es necesario para la salvación”.

Pedro y Juan: con fe y amor
Más adelante se refirió a los dos discípulos mencionando que, tradicionalmente, Pedro representa a la fe y Juan al amor. Pero ambos tenían fe y amor. “Esto nos muestra algo muy importante: la fe y el amor van juntos”, explicó el Apóstol Mayor, pues “el amor del cual nos habla Jesucristo es fruto de la fe”. Para servir a Dios necesitamos ese amor. Sin amor a Dios y al prójimo no podemos cumplir nuestra misión.

Aceptar las enseñanzas de Jesús y cambiar
Por otra parte, tanto Pedro como Juan cometieron errores y tenían debilidades. “Pero también aceptaron ser enseñados y cambiar”, reflexionó el Apóstol Mayor, invitando a que también nosotros “aceptemos ser enseñados por Jesucristo y cambiar lo que haga falta”.
Somos herramientas en las manos de Dios. Al respecto, el Apóstol Mayor ponía el ejemplo de alguien que durante muchos años fue un pincel que tuvo que pintar de azul. Luego recibe el pedido de pintar de rojo. “No podemos decir: Yo soy un pincel de azul (…) Hagamos lo que el Espíritu Santo nos pide que hagamos hoy”.

“Es el Señor”
Somos diferentes unos de otros. Y también tenemos momentos en los que, como Pedro o Juan, estamos débiles. A veces necesitamos que un hermano o hermana nos diga: “No te preocupes, ¡es el Señor!”. Como ambos discípulos, nos necesitamos unos a otros y nos complementamos. Nuestros hermanos y hermanas también son imperfectos, cometen errores y hasta pueden ofendernos. Estamos aquí por el Señor, para servir juntos. Queremos cumplir la voluntad de Dios y estar con Él por siempre.

Realizó un aporte a la prédica el Apóstol de Distrito Peter Lambert (África del Sur). Luego de celebrarse la Santa Cena, el Apóstol Mayor se despidió con alegría de los hermanos y hermanas, tanto los allí reunidos como quienes participaron de la transmisión. “¡Gracias por haber aceptado la invitación de venir a la iglesia un viernes a la noche!”, dijo con una sonrisa. Y antes de retirarse, pidió al coro un último himno como cierre de la hermosa hora.

¡Esperamos con alegría ahora, la visita de nuestro Apóstol Mayor a Montevideo, Uruguay!