“Un pueblo alegre”

"Llena de amor y hospitalidad”: así fue la bienvenida al Apóstol de Distrito, según él mismo relata sobre su visita a Venezuela. Fue entre el 23 y 26 de junio de este año. Junto a los hermanos y hermanas locales, compartió cuatro Servicios Divinos en distintos puntos del país.

La iniciativa había surgido de una invitación del Apóstol de Distrito Leonard Kolb, quien actualmente atiende la Iglesia regional Estados Unidos. “Desde el año 2018 nuestros hermanos de Venezuela no habían podido ser visitados por un Apóstol de Distrito. Por lo tanto, con el envío del Apóstol Mayor, tuve la posibilidad de viajar hacía allí”, cuenta el Apóstol de Distrito Enrique Minio.

Cuatro Servicios Divinos
El jueves 23 de junio fue el primer encuentro con los fieles de Venezuela. Ese día, el Apóstol de Distrito ofició en Barquisimeto, tomando el texto bíblico de Hechos 19: 3-4. Al día siguiente visitó a los hermanos y hermanas de Maracay. En esta oportunidad, el pasaje bíblico utilizado fue Filipenses 4: 19. El sábado realizó el Servicio Divino en Valencia y la prédica se basó en Salmos 113: 5-7. Por último, el domingo ofició en Caracas: 1 Tesalonicenses 5:10 fue el texto bíblico del día.
“En cada lugar hubo una hermosa recepción, llena de amor y hospitalidad. Realmente fue como haber estado en casa”, destaca el Apóstol de Distrito Minio.

Una marca de amor indeleble
“Un pueblo alegre, de hermoso sentir, luchador y perseverante”: con estas palabras el Apóstol de Distrito describe a los fieles de Venezuela. “Viven la Obra de Dios con mucha dedicación y felicidad, a pesar de las dificultades”, agrega luego.
Los Servicios Divinos celebrados se vivieron con este bello sentir. En cada comunidad el Apóstol de Distrito fue recibido por un grupo de niños, que junto a los jóvenes y adultos brindaron un hermoso marco musical a cada encuentro. “La emoción que me produjo escucharlos no se puede describir con palabras. Fue una caricia para mi alma”, expresa el siervo.
Los encuentros con los portadores de ministerio y el Apóstol César Barrera también fueron de alegría para nuestro Apóstol de Distrito. “Han dejado una marca de amor indeleble en mi corazón”, manifiesta en relación a ello.

Por último, el Apóstol de Distrito volvió también con un regalo para nosotros: “Traigo los cariñosos saludos de nuestros amados de Venezuela para todos los hermanos y hermanas de los seis países de la Iglesia regional Sud América”. Un hermoso obsequio que, a la distancia, queremos retribuir.