Lunes 27/06/2022
"Dios concede la salvación a los vivos y a los muertos", fue el mensaje de este domingo en preparación para el próximo Servicio Divino en ayuda para los difuntos. Por transmisión, fue realizado por el Apóstol Claudio Videla, acompañado en el servir por el Obispo Javier Ávalos.
Podemos acceder a un extracto de la prédica, haciendo clic en:
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Servicio Divino de palabra – domingo 26 de junio de 2022
Tema: Preparación para el Servicio Divino en ayuda para los difuntos
Dios levanta a los pobres
Texto bíblico: Salmos 113:5-7: “¿Quién como Jehová nuestro Dios, que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra? Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar.”
Mensaje: Dios concede la salvación a los vivos y a los muertos.
El texto bíblico del día está tomado del salmo 113, un salmo de alabanza y agradecimiento a Dios.
Dios conoce todas las situaciones y vela por todos, también mira por aquellos que no reciben atención, de los que nadie se ocupa, los que fueron olvidados o excluidos. Y esto es igualmente válido para los difuntos. El Padre celestial cuida de ellos y les da la posibilidad de acceder a la salvación de su alma.
“Durante su vida sobre la tierra, Jesús se dedicó especialmente a aquellos que habían quedado fuera de la consideración social”, mencionó el Apóstol Videla. Se dedicó a aquellos a los que nadie se dedicaba. Podemos recordar el ejemplo de Zaqueo (Lucas 19) o también el encuentro de Jesús con aquel paralítico, en el estanque de Betesda (Juan 5). El Hijo de Dios veía al necesitado.
Mediante su Hijo, el Padre celestial hace posible que los seres humanos puedan recibir la salvación por la palabra y los Sacramentos. Vivos y muertos pueden recibir estos regalos espirituales. “Ellos tienen las mismas posibilidades que nosotros. Queremos detenernos un instante y reflexionar sobre la misericordia divina”, destacó el siervo.
Salvación a los vivos y a los muertos
Todos los seres humanos pueden recibir la ayuda de Dios. Hemos renacido de Agua y Espíritu y esta posibilidad es también ofrecida a las almas del más allá. Dios nos prometió compartir el reino siendo coherederos con Cristo. Este llamado llega por igual a las almas que se sienten olvidadas. Dios mira hacia ellas y nosotros queremos hacer lo mismo. Queremos orar para que puedan oír el llamado de Dios, aceptar a su Hijo y renacer de Agua y Espíritu, para poder ser parte en su reino y acceder a la salvación. Pues aquel que cree en Cristo, “aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11: 25).
En estos días que anteceden al Servicio Divino en ayuda para los difuntos queremos reflexionar sobre el gran amor y cuidado que Dios ofrece a todas las almas.
Queremos tener en el corazón este sentir de Dios, que se ocupa de todos. Es algo que vivimos cuando escucha nuestros ruegos, cuando nos ayuda hasta en lo que no le pedimos. Él cuida de nosotros y podemos dar testimonio de esto.
Todos tenemos la oportunidad de formar parte de la comunidad nupcial. “Llevemos este mensaje tan hermoso al más allá”, exhortó el Apóstol cerca del final de la hora.
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