Primer Servicio Divino del año 2022

Lunes 03/01/2022

El primer Servicio Divino de palabra del año fue oficiado por el Apóstol Guillermo Canessa, acompañado en el servir por el Obispo Marcelo Boggio. Un resumen de la prédica.


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Aquí podrán acceder a los extractos en Audio y Video

Servicio Divino de palabra – domingo 2 de enero de 2022

Tema:
Para el Año Nuevo

Juntos en Cristo

Texto bíblico:
Hechos 2:44: “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas.”

Mensaje: Aprendemos a vivir juntos en Cristo.

“El Señor nuevamente nos trae una palabra que es y que será una guía para el inicio de este año, en el cual -como hasta aquí lo ha hecho- nos quiere acompañar”, expresaba el Apóstol Canessa al comienzo de su servir y luego también expresaba un deseo: “Que podamos llevar en nuestro corazón esta palabra, este mensaje que ha enviado el Apóstol Mayor para este día: Juntos en Cristo”.
Es un mensaje que nos prepara como al pueblo del primer tiempo, como a aquellos que iban conociendo el Evangelio de Cristo, preparándose en la fe y desarrollando una vida espiritual.

Los primeros cristianos vivían apremios de todo tipo, pero la fe estaba por sobre todas las cosas. Se reunían para orar, para leer las Escrituras y luego también ponían a disposición todas las cosas, compartiendo con aquellos que tenían necesidades. Estaban en comunión, todos eran iguales.
Hoy también, siendo todos distintos, compartimos un mismo objetivo, una misma fe. Necesitamos vivir comunión unos con otros, como los primeros cristianos. En esto tenemos que trabajar, juntos en Cristo.

Este pasaje bíblico habla luego de que estos cristianos “perseveraban unánimes”. Aquí está el secreto también para nuestro tiempo, para nuestra vida espiritual: “...perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (versículo 46).

Venimos a la casa de Dios para poder vivir comunión, en primer lugar con el trino Dios, en la presencia de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Y en esa comunión desarrollar nuestra vida espiritual.
Que podamos vivirla intensamente, darle lugar el Espíritu Santo en nosotros para que se pueda desarrollar, para que pueda crecer. No dejamos nunca de aprender . Todos los días vamos aprendiendo a comprender los designios de Dios, su voluntad. Él envió a su Hijo a la tierra en sacrificio para redimir al ser humano y esto lo queremos tener presente todos los días de nuestra vida, trabajando en nuestro corazón esa enseñanza permanente. Allí es cuando empezamos a tener comunión con el trino Dios.

Tenemos también comunión en el Servicio Divino. Siendo todos distintos, el Señor nos va unificando a través de la palabra, nos alimenta a todos por igual. Y su palabra alimenta nuestra esperanza: llegar al día del Señor como dignos para vivir una gloria eterna junto a Él. Esa es nuestra fe

Tenemos comunión unos con otros. En nuestra naturaleza humana a veces nos traicionan, alguien no nos cae bien por una cosa o por la otra. Pero nos dice la palabra en este día: con sencillez de corazón te tenés que ir preparando para vivir junto a Cristo una eternidad.
Ese alimento de la palabra nos permite entonces pensar que nuestro hermano es tan bueno como nosotros y que el prójimo es aquel que tenemos a nuestro lado, no para criticarlo sino para amarlo, comprendiendo que, aun siendo distintos, en la casa de Dios somos todos iguales.

Comenzó un año nuevo, ¡cuántas nuevas posibilidades tenemos! A partir de hoy tiene que haber una decisión en nuestro corazón de cambiar las cosas para prepararnos para el día del Señor, para tener esta comunión con Dios y entre nosotros, para orar los unos por los otros. Esto es compartir. Vivir la misma fe, la misma esperanza. Porque en el día del Señor estaremos todos juntos.

Dios quiere que podamos mirar con amor y misericordia a todos, porque todos son nuestros hermanos. Tiene que haber en mi corazón amor, sencillez, misericordia. Este año que está iniciando queremos colocar nuestro corazón delante de Dios y decirle: “Padre, enséñame. Ayúdame a crecer en el reconocimiento, en la fe, en el amor, en la misericordia, en los dones del Espíritu Santo”.
Tenemos que ir transitando el camino junto al Señor y Él nos va enseñando.
Entre nosotros no hay linaje, no hay color de piel, no hay ideología: el Señor mora en todas las cosas en nuestras almas. Y a todos nos dio una promesa muy hermosa: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14: 3). Es nuestra esperanza de vida. Se trata simplemente de vivirlo, de creerlo, de llevarlo en el corazón. Aún no hemos llegado ahí pero lo creemos, lo esperamos y queremos estar todos juntos. Que el día del Señor sea común para todos. Seguramente hemos llegado a la Iglesia de muchas formas, por muchos caminos. Pero la fe en Dios, en Jesucristo y en el Espíritu Santo es la misma. Esto nos permite vivir en comunión.

Y Dios quiere que esa comunión pueda crecer en nuestra alma, para que podamos también sobre esta tierra transitar el camino hasta que el Señor venga en ese conjunto de sus hijos, que se preparan para la eternidad. ¡Queremos transitarlo juntos en Cristo!

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