¡Comunidades activas! - Segunda parte

Sábado 27/06/2020

La otra mitad de este artículo retoma algunas de las experiencias de fe vividas durante este tiempo tan particular...


Actividades “esenciales”

Durante estos últimos meses hemos escuchado cómo este concepto se repetía una y otra vez en todos los medios de comunicación. Como hijos de Dios también tenemos actividades que pueden ser consideradas esenciales: una vida espiritual acompañada por la palabra de Dios, la oración, el agradecimiento, las acciones de amor al prójimo…

Agradecimiento

“Armamos una pequeñita caja de ofrendas para que los Servicios Divinos de palabra pudieran ser lo más parecido a estar en la iglesia y que no se pierda en nosotros y en los niños la hermosa enseñanza del agradecimiento. Ver a nuestros hijos dejar su ofrenda nos provocó una emoción del alma que llegó incluso a las lágrimas”, cuenta Alejandro, quien colabora en la iglesia Lanús 3.

Palabra

“Muchos hermanos y hermanas nos piden permiso para poder compartir el link de los Servicios Divinos con sus amigos y seres queridos. El resultado fue que muchos se han incorporado a nuestros encuentros grupales virtuales. No los conocíamos, pero ahora forman parte de nuestras oraciones”, relatan los siervos de Lomas de Zamora.

“Los Servicios Divinos online son un verdadero consuelo. Aunque estemos distantes, a través de la computadora podemos sentir el cariño y entusiasmo de los siervos”, expresa la familia Lima, de comunidad Guarapes, en Brasil.

“Los Servicios Divinos por transmisión son una verdadera caricia para el alma. No sólo por el encuentro virtual con el enviado de Dios, sino también por la certeza de que no hay nada más poderoso que la oración y nada más fuerte que la fe”, manifiestan los hermanos de la iglesia Parque Lomas.

“Cada fin de semana, en un cuaderno copiamos los resúmenes de los Servicios Divinos que se colocan en el sitio web para los hermanos que no pueden verlos”, cuenta Rogerson y Taís, de la comunidad Bagé, Brasil.

Oración

“Días atrás, junto a Martina, mi pequeña hija, estábamos por hacer la oración para los alimentos. “¿Qué hacemos antes de comer?”, le pregunté. Con mucha seguridad y una gran sonrisa me dijo “¡La oración!”. Junté sus manos con las mías y le hice otra pregunta, “¿querés pedirle algo especial al amado Dios?”, “Sí”, dijo Martina, “que bendiga a nuestro Pastor dirigente”. Con apenas tres años de vida Martina nos regala una hermosa experiencia de fe, relatada por su mamá. Ambas concurren a Villa Montero (Uruguay).

Amor

Punta Alta Nº 1 es una comunidad ubicada en la ciudad que lleva su mismo nombre, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Allí nuestros hermanos también tuvieron que pasar por el aislamiento social y obligatorio. No obstante, esto no logró apagar el sentimiento de amor que llevan en su corazón. “Queremos mucho a los abuelos de la comunidad. Algunos cumplían años y nuestra preocupación era poder llegar a ellos para darles una alegría en su día. Entonces surgió una idea en los colaboradores de juventud: grabar un video con un saludo personalizado a cada uno de los cumpleañeros. Así fue entonces que ellos mismos se grabaron, se editó y conseguimos el resultado deseado. Cada joven que participó lo hizo con mucha felicidad, sabiendo la alegría que esto iba a generar en nuestros amados hermanos. Pero había otro abuelo, Roque, que no dispone de tecnología. Entonces los jóvenes que no participaron del video lo llamaron por teléfono y lo saludaron, en nombre de toda la comunidad”.

Otra grata demostración de amor se vivió en la comunidad Neuquén (Argentina). Desde sus hogares, los integrantes del coro se propusieron aprender un himno de nuestro repertorio: “Consuelo divino”. El resultado fue maravilloso. No obstante, decidieron hacer algo más. Reunieron fotos de la iglesia, de sus integrantes, de las actividades realizadas en conjunto, las editaron con la música del cántico y obtuvieron un video que se transformó en un regalo para todos los hermanos.

Aun con las limitaciones que el contexto nos impone, las actividades en cada distrito continúan realizándose. En cada comunidad se repiten una y otra vez experiencias de fe similares. Lo importante es que cada uno de nosotros pueda vivir la suya.

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