Confianza y esperanza

Domingo 03/11/2019

Coincidiendo con el Servicio Divino en ayuda para los difuntos, el fin de semana del 1 al 3 de noviembre el Apóstol de Distrito Minio, acompañado por el Apóstol Bonaite y el Evangelista de Distrito Nilton, visitó dos comunidades de Río Grande del Sur: Bagé y Santa María.


Bagé es una ciudad localizada a 380 km de Porto Alegre, que tiene como principal actividad económica la agroindustria. Actualmente su población está estimada en 121.000 habitantes. Por su parte, Santa María dista de Porto Alegre 290 km y es considerada ciudad universitaria por estar allí la Universidad Federal de Santa María. Tiene una población de 280.000 habitantes.

El 2 de noviembre el Apóstol de Distrito realizó el Servicio Divino en ayuda para los difuntos en la comunidad de Bagé. Participaron 35 fieles, 15 de ellos visitaban la iglesia por primera vez.
Para la prédica fue leída la palabra de Juan 2:5: “Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere”.
Hay almas que partieron al más allá con fe y están en un lugar de paz y seguridad. También están aquellos que abandonaron el camino y otros que no conocieron el Evangelio. Para poder ser de ayuda, precisamos primero ser nosotros ayudados y sentir alegría.
Este texto bíblico remite al primer milagro que Jesús realizó, transformando agua en vino. En esa ocasión, María fue sensible con la situación de los novios ante la falta de vino. No buscó culpables, sino que fue tras la solución. Y no tenía dudas de que Jesucristo podría ayudar.
El secreto entonces fue que María confiaba en Jesús. También nosotros podremos ayudar a quienes están en la otra orilla siendo sensibles ante la necesidad de las almas y teniendo la confianza que tuvo María. Y obremos como Jesús: amemos, perdonemos, hablemos como Jesús. Es un trabajo de toda nuestra vida, cada día.

El domingo 3, ya en la comunidad de Santa María, el Apóstol de Distrito Enrique Minio basó su servir en el texto bíblico de 1 Tesalonicenses 4:13-14: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”.
El Apóstol Pablo aquí daba esperanza y tranquilidad a la comunidad. Ese es nuestro gran tesoro: la esperanza de reencontrarnos con los seres que amamos. Pero para ello es necesario que perseveremos en la casa de Dios, que nos acreditemos y sigamos el camino de Jesús, con humildad, buscando la palabra de Dios.
En el marco de esta hora especial, el Apóstol de Distrito donó los Sacramentos para los difuntos, siendo representados por dos Pastores.

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