Uruguay: Encuentro con nuestros mayores

Finalmente llegó el día tan esperado por los adultos mayores de los distritos de Colonia (Uruguay). El domingo 25 de agosto, en una mañana que se presentó templada, se llevó a cabo en el complejo de La Caballada un Servicio Divino y posteriormente una jornada de comunión y esparcimiento.

Algunos llegaban al lugar por medios propios, otros en buses alquilados para la ocasión, pero todos con la alegría de volver a verse (muchos de ellos, después de un largo tiempo), como así también de poder contar con la presencia del Apóstol Herman Ernst, acompañado por el Obispo Edgardo Méndez.
Fue leído el texto de Éxodo 33: 18 y parte del 19: “El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti”.
“Si uno mira atrás a todo lo vivido, si se nos pasase nuestra vida como una película, ¡sí que tenemos motivos para agradecer! Y para lo que está por delante, depositamos nuestra confianza”, expresó el Apóstol en el comienzo.
Desarrollando la palabra del día, también manifestaba que Moisés no exigía que Dios le alivianara lo encomendado, sino que quería sentir su cercanía, petición que agradó al Señor. El Apóstol preguntaba entonces qué le pedimos nosotros a Dios. “Que la respuesta sea: tu cercanía, Padre amado, y poder ver tu gloria”. Queremos ver la gloria Dios también en los momentos de adversidad y como parte de nuestro futuro, en el prometido retorno de Jesucristo.
Colaboró en el servir el Obispo Méndez, sumando el sentir de poder ver la gloria de Dios en nuestro hermano, que camina junto a nosotros hacia el día del Señor.
Luego del festejo de la Santa Cena, agregando un motivo más de alegría, fueron ordenados cuatro Pastores y dos Diáconos.
Antes de que los 395 asistentes cantaran el himno final y con motivo de su cercano pase a descanso ministerial, el Apóstol invitó al Obispo Méndez a ocupar el altar nuevamente y el coro le regaló un himno, recibiendo a su vez algunos presentes por parte de los jóvenes.

Jornada de recreación
Una vez finalizado el Servicio Divino los invitados se trasladaron hacia el quincho mayor, donde ya estaban preparadas las mesas para, todos juntos, compartir el almuerzo.
Se vivieron momentos de gran calidez, donde se podía percibir el entusiasmo, tanto en las conversaciones como en las risas que provenían de los cuatro costados.
A media tarde la temperatura comenzaba a bajar, así que nada mejor que un café caliente y tortas dulces. Mientras tanto, una pequeña orquesta deleitaba con himnos y otras obras musicales. Un hermano en la fe, tenor profesional, sumó su actuación y tampoco faltaron los tangos.
Una representación de comedia y juegos, con algunas prendas, marcaron la última etapa del día. Luego llegaría la oración final, muchos abrazos y sonrisas, para cerrar un encuentro pleno.