Dos encuentros en Chubut

El Apóstol Claudio González ofició con Santo Sellamiento en dos comunidades de Chubut, en el sureste de Argentina: Puerto Madryn y Trelew. Fue durante el fin de semana del 20 y 21 de julio de 2019.

La ciudad de Puerto Madryn está a orillas del Golfo Nuevo, en el noreste de la provincia y dista 1348 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es un atractivo turístico por excelencia por ser el único lugar en el continente donde es posible realizar el avistaje embarcado de la ballena Franca del Sur. Estos mamíferos de gran porte, año tras año se hacen presentes en importantes cantidades (entre 500 y 1000 ejemplares) para cumplir con su ciclo reproductivo.
En la iglesia de dicha localidad los hermanos y hermanas aguardaban con expectativa la visita del Apóstol González. Ya el día anterior se preparaban hermoseando el edificio, que había sido recientemente refaccionado. Un pequeño grupo instrumental realizaba ensayos para colaborar con el coro de la comunidad.
Ya en el Servicio Divino, el Apóstol basó su prédica en el texto bíblico de Salmos 103: 2: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios”.
Colaboró en el servir el Evangelista de Distrito Ricardo Fernández y luego fue celebrado un Santo Sellamiento, sumándose seis fieles a la comunidad. También estuvieron presentes el Pastor dirigente y Pastores que desde Bahía Blanca (distante 700 km, en provincia de Buenos Aires) colaboran en la atención de la comunidad.

“Yo conozco tus obras”
Al día siguiente, domingo 21 de julio, 32 fieles se congregaron en la iglesia Trelew, a 748 km de la ciudad cabecera del distrito, desde donde viajan alternándose, cada domingo, su Pastor dirigente y siervos colaboradores para realizar la atención espiritual de la comunidad.
En esta oportunidad, el Apóstol González basó su activar en la palabra de Apocalipsis 3: 8: “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”.
Entre otras cosas, el Apóstol señaló que es bueno cuando en la vida alguien nos conoce y nosotros lo conocemos, entonces se genera una relación y un vínculo especial.
Dios conoce nuestras obras, nuestra vida, conoce mi ofrenda, mi oración, mi trabajo para Él;
en definitiva, conoce a cada uno de nosotros. Nos ha puesto un nombre nuevo, nos ha elegido, nos hizo herederos de una gloria eterna. Y además de conocernos, nos ama. ¿Nosotros lo conocemos a Él?
Nos abrió una gran puerta que nadie puede cerrar, la puerta de la gracia y la bendición. “Entonces, querido hermano, querida hermana: ¡abre la puerta de tu corazón a Dios!”, concluía el Apóstol en su consejo.
Luego fue llamado a servir el Primer Pastor Paniagua y los Pastores dirigentes de Puerto Madryn y Trelew, concluyendo otra hora de riqueza espiritual para el alma.