Volver a la comunión con Dios

El sábado 15 de diciembre se llevó a cabo un Servicio Divino con celebración de Santo Sellamiento en la iglesia de la turística ciudad de Gualeguaychú (provincia argentina de Entre Ríos). Unos 150 participantes se reunieron bajo el servir del Apóstol Jorge Franco.

Junto al Apóstol Franco, competente en el área, estuvieron también los dirigentes de diversas comunidades que componen el distrito 60, área Entre Ríos: Concepción del Uruguay, Colón, Gualeguay, Gualeguaychú, San José y la incipiente comunidad de Villa Paranacito.
Gran expectativa se vivía en los días y horas previos. El coro de Gualeguaychú estuvo acompañado por parte de la orquesta del distrito, que viajó para la ocasión desde la zona oeste del Gran Buenos Aires. No tuvieron ensayos previos en conjunto, solo se reunieron dos horas antes del Servicio Divino. Fue emotivo el sentir colocado en cada interpretación, transmitiendo con calidad y calidez cada himno.
El texto bíblico utilizado como base del servir fue Génesis 1: 27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. El mensaje se desarrolló destacando la condición primaria de la relación del hombre con Dios, a su imagen y semejanza, que, luego de la duda, la desobediencia y del alejarse del hombre de Dios, provocó la pérdida de aquella comunión que tenían. Luego Jesús vino al mundo como el Hijo de Dios, venció al pecado y estableció un camino para recuperar esa comunión mediante la fe, una vida temerosa de Dios y el deseo de permanecer fieles en el seguimiento. La meta de la fe es vivir la comunión eterna con Dios.
Compartieron también un sentir desde el altar el Primer Pastor Edgardo Tenaglia y el Pastor Oscar Fajouri, dirigente de la comunidad Gualeguay.
Luego participaron del acto de Santo Sellamiento 13 fieles, de los cuales 10 eran niños; un hermano tomó la decisión de sellarse luego de haber acompañado a su esposa a los Servicios Divinos por más de 10 años. También participaron dos jóvenes.
Finalmente fue el deseo del Apóstol estrechar la mano a cada asistente. Y, ya a la salida, cada uno recibió un suvenir amorosamente preparado, representativo del encuentro.