“La música en la Iglesia"

El sábado 5 de mayo, en el centro recreativo Las Catonas, ubicado a unos 40 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se realizó un seminario de Coordinación Musical. En esta oportunidad participaron, de los distritos de Capital Federal y Gran Buenos Aires, incluido La Plata (Buenos Aires), Evangelistas de Distrito, siervos a cargo del área musical en el mismo y colaboradores musicales.

El Seminario fue presidido por el Apóstol Jorge Franco, acompañado por el Obispo Oscar Fernández, el Anciano de Distrito (e.d.) Abel Licciardi y el Pastor Diego Licciardi, del área de Coordinación Musical. Como todas las actividades dentro de nuestra Iglesia, comenzó y finalizó con la oración, pero también entonando un himno.
El Apóstol Franco se basó en el punto 12.1.14 de nuestro Catecismo para presentar el Seminario: “El propósito de la música en el Servicio Divino es alabar y honrar a Dios. Tiene una finalidad de servicio”. Durante el desarrollo del encuentro de jornada completa, del que participaron 108 asistentes, se trataron diversos temas referentes a la música en la Iglesia, ya sea en las comunidades y distritos, los conciertos, los coros y conjuntos instrumentales, hasta los aportes musicales que indica nuestra liturgia.

Un "buen encuentro"
Además de los temas expuestos se realizaron trabajos prácticos con dinámica grupal y actividades didácticas amenas que invitaban a participar a todos, también con exposiciones audio-visuales que apoyaban los conceptos expuestos. Asimismo, se presentó un nuevo espacio digital destinado a colaboradores del área, con información compartida desde Coordinación Musical.
Después del almuerzo la actividad continuó por grupos: los portadores de ministerio (Evangelistas de Distrito y siervos encargados del área musical) junto al Obispo Fernández y los colaboradores musicales con el Pastor Licciardi.
Nuevamente juntos, continuó el programa previsto. Hacia el final de este “buen encuentro” se convocó a algunos de los siervos presentes para que eligieran el himno de nuestro repertorio que más les gustara y comentaran el motivo de su elección. Algunos de ellos se animaron también, a dirigir el hermoso coro que conformaban los presentes.
La jornada fue de inmensa alegría, hasta fue mejorando al transcurrir las horas: comenzó con una mañana lluviosa y finalizó agradable y no solo en lo externo, sino también en el corazón.