Un limpio corazón

Durante el fin de semana del viernes 22 al domingo 24 de marzo, el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por el Apóstol Claudio Videla y el Obispo Alejandro Granja, realizó Servicios Divinos en comunidades de Chile. A continuación, una reseña de cada encuentro celebrado.

Servir con amor
La primera actividad consistió en un Servicio Divino en la iglesia Marín para portadores de ministerio, sus cónyuges y también para colaboradores. Fue el viernes 22 por la tarde.
El Apóstol de Distrito Enrique Minio basó su servir en el pasaje bíblico de 1 Reyes 19:7-8: “Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios”.
“Demos al Señor lo mejor de nuestro corazón. Dejemos todo en sus manos y no nos preocupemos por el resultado del trabajo que realizamos”, expresó al inicio de su prédica. Luego se refirió a la posición correcta al emprender cualquier tarea: “Nuestro servicio a Dios debe ser con amor, disfrutando la entrega y valorando a cada hermano y hermana de la comunidad”.
Participaron del servir el Apóstol Claudio Videla y el Evangelista de Distrito Félix Borie. La concurrencia fue de 80 invitados.

Jesús entra en Jerusalén
Al día siguiente, el Apóstol de Distrito ofició en El Belloto y el Apóstol Videla en la iglesia Concepción. En ambos Servicios Divinos, la prédica se basó en la palabra prevista para Domingo de Ramos, Lucas 19:38-40. “Jesús nos da su paz y su gloria”, fue la premisa del servir en cada comunidad.
Durante la hora celebrada en El Belloto, el Apóstol de Distrito exhortó a los fieles a abrir el corazón a Dios. Para ello es necesario disponer del espacio adecuado para recibirlo: “Eso lo logramos cuando nos preparamos para cada encuentro con el Señor en los Servicios Divinos. Si permitimos que Cristo ingrese en nuestro ser, podremos ver cómo Él ayudará a vencernos a nosotros mismos y, de esa forma, creceremos a su imagen y semejanza”.
“Dios envió a su Hijo a la tierra para reestablecer la paz con los seres humanos”, dijo el Apóstol Videla a los fieles que se congregaron en Concepción. “Para disfrutar de esta paz es indispensable dejar que Cristo gobierne nuestro corazón”, señaló luego.
Durante estos festivos encuentros se celebraron actos de Santo Sellamiento, que sumaron un motivo de alegría en ambas comunidades.

Servicio Divino en conjunto
El Domingo de Ramos, la iglesia San Miguel (Santiago de Chile) fue la anfitriona de un Servicio Divino en donde, además de los fieles locales, se congregaron hermanos y hermanas de La Florida, Huamachuco, Marín y El Belloto. El Apóstol de Distrito presidió la hora.
La palabra se basó en la cita bíblica de Marcos 11:17: “Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”.
“Para que la oración funcione, el corazón debe estar limpio”, fueron las primeras palabras del Apóstol de Distrito a los 250 invitados presentes. De inmediato explicó cómo puede lograrse tal cometido: “Lo conseguimos a través de la enseñanza que nos regala la palabra cada vez que venimos a la casa de Dios”. Asimismo, destacó por qué es tan importante quitar todo lo que impida experimentar la comunión: “solo así Cristo podrá ingresar en el corazón y convertirlo en casa de oración”.
El Apóstol Videla, el Obispo Granja y el Evangelista de Distrito Borie realizaron aportes a la prédica. Además, en el marco de la hora celebrada, fueron ordenados dos Pastores y una Diaconisa. Por último, luego de 48 años de actividad, fue colocado en descanso ministerial el Evangelista de Distrito Félix Borie, recibiendo el agradecimiento por todo lo dedicado a lo largo de ese tiempo.
Al finalizar el Servicio Divino, el Apóstol de Distrito y los portadores de ministerio que lo acompañaron, despidieron cordialmente a cada participante.