El niño en el pesebre es nuestra paz

Lunes 27/12/2021

Para esta Navidad, el Servicio Divino de palabra fue realizado por el Apóstol Jorge Franco. Estuvo acompañado en el servir por el Obispo Leonardo Berardo.


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Servicio Divino de palabra – Sábado 25 de diciembre de 2021

Tema: Navidad

El niño en el pesebre es nuestra paz

Texto bíblico: Gálatas 4:6, “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”

Mensaje: Por medio de la encarnación de Dios nos fue concedida la paz.

El nacimiento de Cristo no fue uno más para el mundo. Había nacido el Redentor, el Príncipe de paz. Jesucristo, con su sacrificio, logró algo maravilloso y único: la reconciliación de los seres humanos con Dios. Este gran acto de amor hacia la humanidad abrió el camino al perdón de los pecados y la paz eterna con el Padre celestial.

Paz en la tierra
“Cuando hacemos referencia a la paz, no quiere decir que vamos a vivir un tiempo sin problemas, tribulaciones o pruebas, ya que esto sería imposible a nivel humano. Cristo va más allá, su paz es un estado del alma que podemos adquirir cuando creemos y confiamos en Él. Si lo logramos, nos sentimos plenos y seguros”, afirmó el Apóstol Franco durante los primeros minutos de su prédica.
Al seguir el ejemplo de Jesús, podremos experimentar la paz que Él mismo tenía durante su paso por la tierra. ¿Cuál es el requisito fundamental? Buscar permanentemente la comunión con Dios.

El vínculo de Jesús con el Padre
Claro que la comunión con el Señor no es algo que se consiga de un día para el otro. Todo lo contrario, se debe construir bajo una relación de cercanía y confianza con Dios.
Así lo hizo Cristo. Desde pequeño estudiaba las Sagradas Escrituras. Además, visitaba el templo y escuchaba a los maestros que allí predicaban. Cuando fue bautizado escuchó con atención la voz de su Padre. También hablaba sin cesar con Él a través de la oración.
Este estrecho vínculo generó una confianza incondicional con el Señor. Cristo sabía que su Padre Todopoderoso lo amaba. Esto otorgaba paz y calma a su corazón.

Rico en amor
Asimismo, como sabía que su Padre lo amaba, no necesitaba de bienes materiales para sentirse feliz. No importaba lo que los hombres dijeran de Él. No era un problema ser incomprendido o rechazado, eso no le generaba inseguridad. “Sus valores estaban en otro lado”, destacó el Apóstol Franco.
Lo más importante para Cristo era seguir adelante con la voluntad de Padre. “Ahora nos toca a nosotros poder generar ese vínculo con Dios y así lograr ese estado de paz y seguridad que Jesús tuvo”, exhortó el siervo.

¿Cómo podemos lograrlo?
Teniendo certeza del amor que Dios nos tiene; apropiándonos de la palabra que viene del altar; perseverando en la comunión con el Señor y experimentando la calma que podemos vivir en nuestra alma cuando podemos confiar en Dios.
Pero aún tenemos otra tarea: “nos movemos entre personas que no conocen o no creen que esta paz pueda ser posible. Qué hermoso que cada hijo de Dios pueda ser un pacificador y que de su corazón pueda salir siempre una palabra que cambie la situación del otro y que lo ayude a entender algo que antes no comprendía. Queremos conservar la paz de Cristo en todas las circunstancias”, manifestó el Apóstol sobre el final de su prédica.

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