Morar en la ciudad fuerte

Lunes 05/07/2021

El Servicio Divino en ayuda para los difuntos por transmisión fue realizado por el Apóstol de Distrito Enrique Minio. Lo acompañó en el servir el Obispo Pablo Basso. Compartimos un resumen de la prédica


Para descargar el resumen en formato PDF, hacer clic en: Resumen

Aquí podrán acceder a los extractos en Audio y Video

Servicio Divino en ayuda para los difuntos - domingo 4 de julio de 2021

Texto bíblico: Isaías 26: 1-3, "En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado."

Mensaje: Queremos morar en la ciudad del Señor, es decir, permanecer dentro de los límites de su gracia, creyendo y confiando en Él, siendo testimonio aquí y en la otra orilla.


Ciudad fuerte; moradores; confianza; gracia y bendición: Son algunas de las palabras clave que nos ayudarán a comprender e interiorizar el mensaje de este Servicio Divino. “Vivimos un tiempo muy especial. Somos una Iglesia que sufre, pero lucha. Dios nos ha prometido la victoria y por este camino queremos transitar. El secreto es poder hacerlo confiando en nuestro Padre”, expresó el Apóstol de Distrito al inicio de una hora dedicada a los que están aquí y en el más allá.

“Fuerte ciudad tenemos”
“¿Qué significa?”, fue la inmediata pregunta que surgió cuando el Apóstol de Distrito leyó el texto bíblico del día. Entonces explicó que la “fuerte ciudad” es la Iglesia de Cristo. Ella tiene muros y antemuros que sirven de protección y salvación a todos sus habitantes.

“Gente justa, guardadora de verdades”
El desarrollo de la palabra trajo una nueva e interesante pregunta: ¿Quiénes moran dentro de esta ciudad fuerte? “Todos lo que han sido bautizados en el nombre del trino Dios, que siguen a Jesucristo y creen en Él, son los moradores de este lugar”, manifestó luego el siervo. Asimismo, hay un grupo especial dentro de estas personas: aquellos que han aceptado recibir el don del Espíritu Santo.
“Queremos enfocarnos en esta hora tan especial donde el Señor también abre una puerta de bendición y gracia para todos aquellos que deseen ingresar a esta ciudad fuerte”, manifestó el siervo.

Creer, luchar, amar
“Aquellos que desean acceder a esta ciudad deben cumplir ciertas condiciones”, manifestó a continuación el Apóstol de Distrito, explicando entonces que, en primer lugar, es necesario creer en Jesucristo y en su Iglesia, donde encontramos el camino de justificación y gracia que lleva al Padre. Luego, es esencial creer en el Evangelio, renunciando al mal y luchando por mantenerse en firmes en la fe. Por último, estos moradores forman parte del cuerpo de Cristo. Por eso el Señor espera que podamos estar activos, cada uno desarrollando su don y amándonos unos a otros.
Y así podremos invitar a todos aquellos que tienen el deseo de transitar el camino de la gracia. Nuestro sentir debe estar colmado de alabanza y de agradecimiento a Dios por esta oportunidad que brinda: una vez más, abre las puertas de esta ciudad fuerte.

“Completa paz”
Esta ciudad fuerte es segura porque Dios la cuida. Y nos da libre acceso a ella. Es un lugar donde no tememos ser acusados, ya que sabemos que nuestro Padre siempre nos perdona. Aquí nunca seremos engañados, porque Cristo es la verdad. Aquí nos sentimos también amados por el Señor. Su amor se manifiesta más allá de todas las circunstancias y nada puede apartarnos de él.
“Por lo tanto, queremos quedar firmes. El secreto para permanecer en el camino es confiar, sin importar lo que esté por delante. Él habrá de consumar su Obra. Hoy Dios espera que cada uno de nosotros pueda preparar el corazón para que cuando nos unamos en intercesión podamos llevar alabanza, alegría y agradecimiento al Padre por este camino de gracia que nuevamente está abierto a todos”, dijo el Apóstol de Distrito sobre el final del encuentro.

Servicios Divinos presenciales
El Apóstol de Distrito desarrolló su servir bajo este texto que envía a los Apóstoles el Apóstol Mayor. En las comunidades donde nuestros hermanos y hermanas pudieron congregarse presencialmente, el texto bíblico fue el que estaba planificado para ese día, Hechos 4:12: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

GALERÍA