De costa a costa

Martes 20/04/2021

El fin de semana del 10 y 11 de abril, el Apóstol de Distrito Enrique Minio visitó las iglesias Necochea y Santa Clara del Mar, ubicadas en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires (Argentina). Allí celebró Servicios Divinos que, bajo los protocolos sanitarios locales, congregaron a hermanos y hermanas que disfrutaron con alegría la presencia del siervo.


Valientes

La primera comunidad en recibir al Apóstol de Distrito fue Necochea. La iglesia lleva el mismo nombre que la ciudad en donde está localizada. Necochea es muy conocida en Argentina ya que es visitada por miles y miles de turistas, especialmente en las épocas de altas temperaturas.

El texto que utilizó el siervo fue Apocalipsis 3: 8, “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”.

“Dios nos conoce y quiere que seamos fieles y le entreguemos todo nuestro corazón. Cristo es una puerta abierta y el Padre celestial desea que podamos manifestarnos como Él lo hizo. También sabe que esto es todo un desafío”, comenzó diciendo el Apóstol de Distrito a la comunidad.

Luego explicó que para lograrlo debemos vencernos a nosotros mismos, aunque esto no sea tarea sencilla. “Para hacerlo hay que ser valientes y confiar en que Dios va a colocar su parte, Él nos consuela y vela por nosotros”, agregó.

Jesús, la puerta

Situada a unos 20 kilómetros de Mar del Plata, Santa Clara del Mar es otra de las importantes ciudades turísticas que componen la costa atlántica, en el sur de Buenos Aires. Allí fue inaugurada una comunidad el 2 de septiembre de 2017. Hermanos y hermanas de numerosos barrios aledaños concurren en cada oportunidad que se celebran Servicios Divinos.

Hasta allí llegó el Apóstol de Distrito el domingo 11 de abril de 2021. La prédica se basó en la cita bíblica de Juan 10: 7-8, “Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas”.

La palabra del día hizo referencia a Cristo como aquel que es la puerta a través de la cual el pastor llama a sus ovejas y las protege en todo momento.

“Jesús quiere darnos de su paz y consuelo, a través de la palabra. No olvidemos que para pasar por esta puerta de gracia y bendición, tenemos que dejar todo aquello que nos separa de la voluntad de Dios. Sigamos adelante con el gran desafío de la lucha por nuestra fe, porque el Señor nos ha prometido comunión eterna con Él”, manifestó el siervo durante la prédica.

Luego de compartir la Santa Cena con la comunidad, el Apóstol de Distrito suministró el Sacramento a los amados difuntos. “No pongamos límites a la gracia de Dios, porque todos tienen la posibilidad de ser salvos”, expresó.

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