Lo que define nuestra vida

Jueves 29/02/2024

Durante el tercer fin de semana de febrero, el Apóstol de Distrito Enrique Minio visitó las dos comunidades nuevoapostólicas ubicadas en el municipio de San Pedro (Buenos Aires, Argentina). Tres conceptos fueron la clave de la prédica en los Servicios Divinos: fe, esperanza y amor.


Indispensables para la salvación
El sábado 17, el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por el dirigente de distrito Martín De Cesare y portadores de ministerio de la comunidad, ofició en la iglesia San Pedro Nº 2. La comunidad recibió con alegría la tan esperada visita.
La prédica se basó en el texto bíblico de 1 Corintios 13:13: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. Durante su servir, el Apóstol de Distrito destacó que el Padre celestial nos da claridad para saber que en nuestra vida cotidiana no luchamos contra carne ni sangre, sino contra aquel enemigo en común que busca confundirnos y hacer que tomemos decisiones equivocadas. “Centrémonos en las cosas que son realmente importantes en nuestra vida. La fe, el amor y la esperanza son indispensables para nuestra salvación”, señaló.
Colaboraron en el servir, el dirigente de distrito De Cesare y el Pastor Juan Alberto Peralta, dirigente de San Pedro Nº 2. Al finalizar la hora, el Apóstol de Distrito se despidió de cada invitado y compartió unas palabras con los integrantes del coro.

¿Cómo reaccionamos?
Al día siguiente, los fieles de San Pedro Nº 1 se congregaron en su comunidad para compartir el Servicio Divino dominical junto al Apóstol de Distrito. En esta oportunidad, la prédica se basó en la palabra prevista para ese día, 1 Tesalonicenses 1:2-3.
En el inicio de su servir, quedó clara la premisa para ese día: “La fe, el amor y la esperanza definen nuestra vida”. Luego el Apóstol de Distrito explicó que el verdadero desafío que enfrentamos no es tanto el contexto que se nos presenta, sino la forma en que reaccionamos a ello. Propuso entonces que “cuando sintamos ganas de bajar los brazos, recordemos todas las experiencias de fe que vivimos junto al Señor”.
Un momento destacado se vivió luego de celebrar la Santa Cena, cuando el Apóstol de Distrito dispensó el Sacramento también para las almas del más allá.

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