Experimentar la ayuda divina

Durante el tercer fin de semana de marzo, el Apóstol Claudio Videla realizó dos Servicios Divinos en la ciudad de Bahía Blanca (Argentina).

Acciones concretas

El sábado 15, se celebró el primero de los encuentros. La cita tuvo lugar en la iglesia Bahía Blanca Nº 1. Además de los fieles locales, participaron miembros de Bahía Blanca Nº 3 y Nº 4. El Apóstol Videla estuvo acompañado por el dirigente de distrito Juan Carlos Rapetti y sus ayudantes, Ricardo Fernández y Pablo Crisafulli.

La prédica se basó en parte de Daniel 3:28. "Las situaciones que nos toca pasar pueden ser una oportunidad para evaluar el estado de nuestra fe, amor a Dios y la esperanza por el cumplimiento de su promesa”, expresó el Apóstol. “El Señor también permite que experimentemos su ayuda en las respuestas y acciones concretas que tenemos unos con otros”, agregó luego.

Paciencia

Al día siguiente, el Apóstol Videla realizó el Servicio Divino en la iglesia Bahía Blanca Nº 2. Allí también estuvo acompañado por los portadores de ministerio del distrito.

El servir se basó en el texto bíblico previsto para ese día, Santiago 5:11: “He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”. “Paciencia”, fue el concepto clave de la prédica.

Mientras esperamos el retorno del Señor, nuestra fe podría desgastarse a causa de las luchas cotidianas. Por eso trabajamos en nuestra alma para que cuando llegue este día, seamos hallados dignos. “La expresión: `El Señor viene pronto´, no es una cuestión de tiempo, sino de actitud de fe”, señaló el Apóstol.

Al finalizar cada encuentro, el Apóstol permaneció unos minutos más en la comunidad para despedir a cada invitado.

Una ciudad herida

Bahía Blanca es una ciudad argentina ubicada en el sudoeste de Buenos Aires, a unos 630 kilómetros de la capital provincial. En las primeras horas del viernes 7 de marzo, sus habitantes sufrieron una serie de precipitaciones que causó graves daños materiales, pérdidas humanas y la evacuación de miles de personas.

De inmediato, tanto organizaciones públicas como privadas, junto a miles y miles de ciudadanos, se movilizaron para ofrecer ayuda de distintas formas. De a poco, la ciudad comenzó su reconstrucción.