Capacitarse no es una obligación, sino una responsabilidad

Jueves 06/03/2025

En la Iglesia Nueva Apostólica Sud América se realizan desde hace algunos años, diferentes capacitaciones para portadores de ministerio y colaboradores de distintas áreas. En una entrevista realizada al Apóstol de Distrito Enrique Minio, se abordan objetivos, alcance y expectativas. Primer artículo de una serie relacionada con este tema.


¿Por qué considera necesaria la capacitación en nuestra Iglesia?

Una ordenación en un ministerio espiritual o encargo para un servicio no llevan implícitas competencias técnicas o profesionales. Es necesario que como portadores de ministerio, maestros o colaboradores comprendamos que la actividad del Espíritu Santo no está enemistada con el conocimiento, al contrario, capacitarse potencia esa actividad.

Las enseñanzas de Jesús propician un cambio en nuestras vidas y tanto portadores de ministerio como maestros y colaboradores debemos ser conscientes de que somos agentes de ese cambio. Como dice la Guía de orientación para portadores de ministerio: “la Iglesia regional regula la capacitación de los portadores de ministerio. Estos se esforzarán por seguir desarrollando sus aptitudes participando en eventos de capacitación” (ítem 3.18 “Capacitación”).

La capacitación en la Iglesia no es una obligación, es una responsabilidad, para contar con más y mejores herramientas para servir a lo confiado.

¿Cuáles son los objetivos generales que se plantean con la capacitación?

El objetivo último de la capacitación es sumar nuevas herramientas para enriquecer los dones del Espíritu Santo, que son imprescindibles para cumplir con la misión de la Iglesia.

¿Quiénes pueden y/o deberían recibir capacitación en nuestra Iglesia? ¿Los Apóstoles también participan de ellas?

Es necesario que todos los portadores de ministerio (Apóstol, Pastor o Diácono), maestros o colaboradores participemos de las actividades de capacitación que la Iglesia nos ofrece; la conducción de los Apóstoles requiere unidad y para ello es vital que todos estemos informados y actualizados.

Esta capacitación no se ve condicionada por la educación formal que cada uno traiga, ya que, todos sin distinción podemos acceder recibiendo la ayuda necesaria para incorporar nuevas herramientas.
Ninguno de nosotros –portador de ministerio, maestro o colaborador– deberíamos sentirnos excluidos de nuestra tarea en la Iglesia por suponer que no podemos acceder a esas nuevas herramientas. Para ello buscamos en los capacitadores designados, una dedicación amorosa y cercana que nos permita transitar sin inconvenientes por los distintos espacios de capacitación de que dispone la Iglesia.

¿Qué tipo de capacitaciones ofrece nuestra Iglesia regional en la actualidad?

La Iglesia nos brinda múltiples posibilidades de acceder a esas herramientas que resultan valiosas para que los portadores de ministerio puedan mejorar la calidad de la atención espiritual, y los maestros y colaboradores puedan acceder a nuevas propuestas de enseñanza.

Dentro del ámbito de la Iglesia diferenciamos tres líneas de capacitación:

-Difusión del Evangelio: para portadores de ministerio y/o colaboradores, lo que incluye liturgia, transmisión de la palabra, asistencia espiritual y comunicación.
-Educación: para maestros y colaboradores en el ámbito docente, musical y de la juventud.
-Gestión: para portadores de ministerio y colaboradores en el ámbito de la gestión administrativa y mantenimiento edilicio.

¿De qué medios dispone la INA Sud América para capacitar a portadores de ministerio y colaboradores? ¿Cómo se capacita a aquellos que son capacitadores?

Actualmente contamos con diferentes equipos:

Difusión del Evangelio:
-Liturgia: Guía para portadores de ministerio.
-Transmisión de la palabra: El debido anuncio del Evangelio.
-Asistencia espiritual: Visita de asistencia espiritual y Prevención de violencia.
-Comunicación: Comunicación y Editorial.

Educación:
-Maestros: Coordinación docente.
-Música: Coordinación musical.
-Juventud: Coordinación de juventud.

Gestión:
-Gestión administrativa y mantenimiento edilicio: Administración ejecutiva.

Cada uno de estos equipos elabora cursos periódicos con diferentes alcances según se trate de portadores de ministerio, maestros o colaboradores.

En los equipos de trabajo encontramos diferentes perfiles profesionales con formación académica, quienes profundizan material propio de la Iglesia o se capacitan externamente en temas específicos. Estos equipos son interdisciplinarios.

Los equipos de capacitación elaboran cursos que transmiten ellos mismos o bien forman a moderadores y multiplicadores, quienes a su vez los transmiten a portadores de ministerio, maestros y colaboradores.
Cada área de Apóstol cuenta con un coordinador general encargado de coordinar, junto a los diferentes equipos de capacitación, el programa anual de capacitación.

¿Cuáles son los planes a futuro en nuestra Iglesia con relación a este tema?

Desarrollar en las tres líneas de capacitación los programas y contenidos necesarios para ofrecer un esquema continuo y accesible a los diferentes participantes. Este objetivo es de mediano y largo plazo. Estamos en camino.

Finalmente, ¿considera que una capacitación para el servir puede también aportar algo al desarrollo espiritual individual?

Considero que sí, la capacitación para el servir en la Iglesia puede aportar significativamente al desarrollo espiritual de cada individuo. Entre otras cosas, nos permite profundizar en nuestra fe. Conocer el Evangelio y la enseñanza de Jesucristo fortalece nuestras convicciones. Ayuda a comprender quién es Dios y su amor hacia el ser humano. Nos permite conocernos a nosotros mismos y conocer cómo Dios desea que nos relacionemos con Él y con el prójimo. Nos ayuda a crecer espiritualmente.

Aprender sobre la doctrina y el desarrollo de la Iglesia nos permite sentirnos más cerca de las vivencias y la cultura de la comunidad. El servir en la Iglesia requiere que los dones ministeriales o como maestros y colaboradores se desarrollen en nosotros. La capacitación para el servir puede ayudar a las personas a descubrir esos dones y talentos que no sabían que tenían. Hay dones espirituales que necesitan ser aprendidos.
En lo personal, muchas de las enseñanzas recibidas en la capacitación en la Iglesia han sido de gran ayuda en mi vida profesional y por supuesto en mi vida espiritual.

Desearía para finalizar compartir un texto hermoso al respecto: “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor” (2 Pedro 1:5-7).

Publicado en la revista "Comunidad Regional", Feb. 2025

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