Jueves 24/10/2024
En octubre continuaron celebrándose Servicios Divinos para adultos mayores en iglesias de la provincia de Buenos Aires (Argentina). El sábado 19, el Apóstol Claudio Videla ofició en Quilmes Oeste y a la semana siguiente, el Obispo Leonardo Berardo presidió una hora en Mar de Ajó.
Firmes en la fe
“Dios salva a aquellos que perseveran en la fe y en el amor”, fue el mensaje del Servicio Divino para adultos mayores que realizó el Apóstol Claudio Videla, el sábado 19 de octubre en la iglesia Quilmes Oeste. Lo acompañó el Obispo Diego Roma y portadores de ministerio del distrito.
La prédica se basó en el pasaje bíblico de Isaías 46:3-4. Durante su servir, el Apóstol explicó que Dios concede su ayuda, gracia y salvación a quienes creen en su promesa, confían en Él y se preparan para el retorno de Cristo. “Continuemos firmes en la fe, en el amor al Padre celestial y al prójimo”, exhortó el Apóstol a los 192 fieles congregados.
Los aportes musicales fueron realizados por un coro de adultos mayores. Luego del Servicio Divino, presentaron algunos himnos para todos los invitados. En una de las obras, hubo un director de coro especial… el Apóstol Videla realizó esta tarea, mientras interpretaron “El Señor es mi luz”.
Una oración, un abrazo...
El sábado 19 de octubre en Mar de Ajó, el Obispo Leonardo Berardo compartió una hora junto a 49 hermanos y hermanas. La iglesia está ubicada en el Partido de la Costa, uno de los puntos turísticos más visitados de la provincia de Buenos Aires.
El buen clima ayudó a que los invitados pudieran acercarse sin inconvenientes a la iglesia para disfrutar de un Servicio Divino especialmente dirigido a ellos. La palabra estuvo basada en Isaías 46:4. “Es el deseo que hoy todos regresemos a nuestro hogar con la certeza de que Dios se sentó a nuestro lado”, expresó el Obispo luego de oír el aporte musical del coro.
Con relación a la cita bíblica, el siervo dejó en claro que en el camino a la gloria eterna no estamos solos, porque el Señor siempre nos tiende su mano. Asimismo, cada uno puede ser de ayuda al prójimo. “En la comunidad todos somos imprescindibles porque uno necesita del otro”, dijo. Así, invitó a sorprendernos unos a otros dándonos la bienvenida, con un abrazo, ofrendando de nuestro tiempo. “Tu mirada, tu oración, tu abrazo, puede salvar a alguien”, mencionó el Obispo.
Ambos encuentros se transformaron en una jornada de alegría, reflexión, fortaleza y agradecimiento para nuestros hermanos y hermanas.