Adoramos y agradecemos a Dios

Martes 25/06/2024

Luego de haber celebrado Servicios Divinos en Doña Menca (ciudad de Maturín) y Temblador (Estado Monagas), del viernes 21 al domingo 23 de junio el Apóstol de Distrito Enrique Minio ofició en Valle de la Pascua, Valencia y Caracas, en Venezuela. Le acompañó el Apóstol Cesar Barrera y portadores de ministerio del país.


Adoramos a Dios y anunciamos su grandeza
El día viernes en Valle de la Pascua, estado de Guarico, se reunieron 200 hermanos y hermanas para recibir al Apóstol de Distrito Minio, quien basó su servir en el texto de Éxodo 15:2.
En el marco de la prédica hizo referencia a la forma en la que deseamos alabar a Dios: participando de los Servicios Divinos, también con nuestra ofrenda y haciendo el bien. Todo esto, solo puede tener lugar cuando buscamos una sincera comunión con Dios. Y esa riqueza espiritual no solo la atesoramos para nosotros: deseamos anunciar su gloria compartiéndola con los demás.

Expresamos nuestro agradecimiento
El sábado en Valencia, Estado de Carabobo, tuvo lugar un Servicio Divino en conjunto. Desde temprano iban llegando los buses de los distritos participantes: Llanos Occidentales, Zulia, Coro, Barquisimeto y Maracay, en total 1.742 fieles. Un coro de niños dio una alegre bienvenida al Apóstol de Distrito.
Como base del servir fue leído el texto bíblico de Génesis 2:3, resaltando como mensaje de la prédica: “santificamos el domingo y expresamos nuestro agradecimiento a Dios”. Somos agradecidos por todo lo que Él nos brinda y lo demostramos en alabanzas, pero también con nuestras ofrendas, respetando su creación, obedeciendo su ley y santificando el día en el que tenemos la oportunidad de reunirnos frente al altar.

Santificamos el día de reposo
Finalmente, el domingo tuvo lugar el Servicio Divino en Caracas. Allí se reunieron 339 hermanos, hermanas y siervos de las comunidades La Victoria, Mariches, Caucaguita, Charallave, Baruta y Catia. El Apóstol de Distrito Minio utilizó la palabra de Éxodo 20:8, centrándose en el mensaje: “Santificamos el día de reposo, dirigiéndonos a Dios”.
Así como lo anuncia el tercer mandamiento, también hoy deseamos santificar el “día de reposo”, adorando y alabando a Dios, buscando la comunión con Él y con nuestro prójimo (por el que también intercedemos) y conmemorando la resurrección y el sacrificio de Jesús.

Culminaba así una actividad intensa pero llena de alegría, por compartir días de bendición junto a hermanos y hermanas con el que nos une el mismo sentir, más allá de las distancias.

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