Celebración duplicada

El 24 de marzo de este año, los fieles de Villa Obrera (Buenos Aires, Argentina) conmemoraron el Domingo de Ramos junto con el 70º aniversario de su iglesia. En este festivo marco, el Apóstol Pablo Basso visitó la comunidad y presidió el Servicio Divino.

Luego de varios días con intensas lluvias, ese domingo amaneció con un reluciente cielo azul. Esto permitió que desde temprano muchos miembros de la comunidad pudieran acercarse. Al llegar a la iglesia, podían contemplarse las muestras de amor en todo lo preparado: Villa Obrera estaba lista para su celebración.

Luego de la oración de inicio, el Apóstol Basso leyó una breve reseña histórica de la iglesia, inaugurada el 31 de enero de 1954. En ella se citó el texto bíblico que había sido utilizado en el primer Servicio Divino, 1 Reyes 8:29-30: “Que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona”.

“Jesús nos da su paz y su gloria”, fue el mensaje de la prédica para el Domingo de Ramos. Estuvo basada en el texto de Lucas 19:38-40. Mónica, una de las hermanas de la comunidad, realizó la lectura bíblica prevista para ese día.

Durante su servir, el Apóstol señaló que de la misma forma que Cristo ingresó a Jerusalén para llevar su paz, también lo quiere hacer con cada uno. “Miremos sobre la posición de nuestro corazón, porque la llave que permite que la palabra ingrese, nos guíe y nos enseñe, la tenemos nosotros”, destacó el siervo. Participó de la prédica el dirigente de distrito Gustavo Farías.

Al finalizar el Servicio Divino, los 234 fieles que se congregaron disfrutaron de la proyección de un video donde quedaron plasmados algunos de los tantos eventos y alegrías vividas en la iglesia. Asimismo, los jóvenes prepararon actividades que invitaban a recorrer la historia de Villa Obrera de forma didáctica. Tampoco faltaron el pastel de aniversario, la melodía del “feliz cumpleaños” y los souvenires alusivos.