Todos los días de la vida

Viernes 27/10/2023

“Es una verdadera gracia tener un lugar donde podemos vivir la comunión con el Señor”, expresó el Apóstol de Distrito Enrique Minio en ocasión del Servicio Divino de 70º aniversario realizado el domingo 22 de octubre en la iglesia Avellaneda (Argentina).


Para los miembros de la comunidad esta fue una hora muy especial: habían pasado nada menos que 70 años desde la inauguración de la iglesia.
Avellaneda se encuentra en el sur del Gran Buenos Aires, a pocos minutos de la capital del país. En este lugar fue inaugurada la iglesia que lleva ese mismo nombre, el 21 de octubre de 1953. Aquel festivo Servicio Divino fue presidido por el Apóstol de Distrito Godofredo Rufenacht. Su primer dirigente fue el Pastor José Robledo.
Para celebrar el 70º aniversario de la iglesia Avellaneda, el Apóstol de Distrito Enrique Minio invitó a los Apóstoles Pedro Ramis y Omar Piñeyro, recientemente ordenados en este ministerio. También estuvieron los Obispos Oscar Fernández y Leonardo Berardo, junto a dirigentes de distrito y de la comunidad.

Estar en la casa de Dios
El servir estuvo basado en el texto bíblico de Salmos 27:4: “Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”.
Luego de la lectura de una breve reseña histórica, a cargo de una hermana de la comunidad, el Apóstol de Distrito mencionó que, aunque sea difícil expresar en una hoja toda su historia, allí quedaban registrados los profundos sentimientos de amor que hicieron posible el desarrollo de la comunidad.
Con relación a la cita bíblica, explicó que en esos versículos el salmista pedía a Dios poder estar todos los días en su casa, porque ese era el lugar donde el Señor se manifestaba. “El Padre celestial es omnipresente, pero es en la iglesia donde podemos conocer su voluntad. Aquí nos regala la palabra que nos permite alcanzar la salvación del alma”, agregó.

Buscar la comunión
Unos instantes después, motivó a la comunidad a buscar siempre la comunión. “Acerquémonos uno al otro, más allá de las diferencias. Formar parte de la Iglesia de Cristo es ser un mismo pueblo”, manifestó.
Luego de los aportes a la prédica de los Apóstoles Ramis y Piñeyro, fue celebrada la Santa Cena con la comunidad y también fue dispensada para las almas del más allá.
Al finalizar el Servicio Divino, se proyectó un video basado en la historia de la comunidad y con frases que sus miembros habían enviado durante los días previos. Como un hermoso cierre, todos los invitados cantaron juntos el himno “Es en la Obra de Cristo”.

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