Nuestra fe en Jesucristo nos permite experimentar el obrar del Espíritu Santo

Lunes 22/05/2023

Bajo este mensaje se realizaba el Servicio Divino dominical, que por transmisión fue realizado por el Apóstol Herman Ernst. Estuvo acompañado en el servir por el Obispo Fernando Mendá.


Podemos acceder a un extracto de la palabra haciendo clic en:
Resumen
Video
Audio

Servicio Divino de palabra – Domingo 21 de mayo de 2023

Tema: La promesa del Espíritu Santo

Mensaje: Nuestra fe en Jesucristo nos permite experimentar el obrar del Espíritu Santo.

Texto bíblico: Juan 7:38-39: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”.

***

Por lo general, en la Biblia el agua simboliza la vida eterna y la comunión con Dios. En paralelo, se considera “alma sedienta” a aquella que está sufriendo por estar separada del Señor. Cristo utilizó esta misma metáfora del agua para hablar sobre el Espíritu Santo. Su referencia remite a los profetas del antiguo pacto, quienes habían anunciado que el Señor esparciría agua limpia sobre su pueblo para limpiarlo.

Fe en Jesús y recepción del don del Espíritu Santo
Durante su paso en la tierra, Cristo explicó que solo aquellos que creían en Él, podrían recibir el don del Espíritu Santo. Tiempo después, Pedro anunció esto mismo durante su prédica de Pentecostés.
Es por ello que tener fe en Jesús es condición previa para que el Espíritu pueda desarrollar su efecto de salvación. Solo podemos ser fortalecidos y preparados por el Espíritu Santo si realmente creemos en Cristo y su doctrina. Esto implica tener una vida acorde al Evangelio. “Queremos preguntarnos si realmente creemos en Él. Jesús está entre nosotros y se hace presente cuando invocamos la Trinidad divina. Tengámoslo presente cada día”, señaló el Apóstol.

¿Qué pasa con nuestra fe en Cristo?
A menudo podemos encontrar diferencias entre lo que Dios nos dice y lo que nosotros vivimos. Esta contradicción es solo aparente. Queremos confiar en nuestro Padre celestial, porque su palabra es verdad. Si entregamos nuestra vida a Cristo, con fe y obediencia, podremos experimentar su compañía. “No queremos acudir a Él solo cuando no encontramos la solución de algún problema. Deseamos crecer en la fe, aun en aquellas cosas que no logramos comprender”, mencionó el siervo.
Escuchar la palabra, llevarla a la práctica y participar de la Santa Cena fortalece nuestra fe y la comunión con Cristo. “Si logramos vivir de esta forma, tendremos una capacidad de percepción distinta. Hagamos los cambios que sean necesarios”, exhortó el Apóstol.

Fortalecidos por medio del Espíritu Santo
Cuando tenemos una fe firme, podemos resistir al maligno. El Espíritu Santo siempre nos acompaña para fortalecernos y consolarnos en el camino. Nada ni nadie puede impedir que Él nos prepare para el retorno de Cristo. “No nos soltemos de la mano del Señor”, fue el consejo del siervo.
Cuando conseguimos que el Espíritu Santo sea soberano de nuestra vida, el corazón se colma de dones divinos. Entonces podemos llevar el mensaje de salvación a los demás, sentimos la necesidad de compartir y alegrarnos con el otro. Nos da felicidad que Dios le pueda ofrecer a mi prójimo lo mismo que me brinda a mí.
“Si actuamos realmente por impulso del Espíritu Santo, estaremos obrando como Jesús lo habría hecho”, dijo el siervo sobre el final de su prédica.

GALERIA