Visita especial: el Apóstol Erhard Suter en Argentina

Viernes 13/03/2015

El domingo 1º de marzo de 2015, en la iglesia Guaymallén (provincia argentina de Mendoza), en ocasión del Servicio Divino en ayuda para los difuntos la comunidad contó con la presencia del Apóstol Erhard Suter (competente en España). El Apóstol Suter vivió en Mendoza hace 32 años, donde oportunamente colaboró como Pastor. Pudo así reencontrarse con muchos hermanos y hermanas que lo recordaban con afecto.


Para el servir fue utilizado el texto bíblico del día, Juan 3: 14 y 15: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
El Apóstol hizo entonces referencia a este pasaje que se refiere al momento en que el pueblo de Israel se dirigía hacia Canaán, conducido por Moisés. “Habían salido de la esclavitud –relataba el Apóstol Suter– y se encontraron con problemas, lo que hizo que tuvieran que tomar un desvío. Esto enfadó mucho al pueblo, comenzaron a irritarse y dijeron: habría sido mejor que nos quedáramos donde estábamos. Y el amado Dios se enfadó un poquito, porque no estaban contentos con nada, todo les parecía mal. Entonces les mandó serpientes venenosas”. Moisés oró a Dios y le pidió que quitara ese mal. Dios le mandó que hiciera una serpiente de bronce y que la colocara encima de un asta; y todos los que fueron mordidos por las serpientes y miraron hacia esa señal elevada, no murieron.
“El pecado nos lleva a la muerte –explicaba el Apóstol– pero hay una señal elevada y el que la mira es salvado: es el Hijo de Dios. Es importante que también las almas del más allá puedan ver esta señal elevada. ¿Cómo la pueden ver? Cuando nosotros hablamos de nuestra maravillosa fe, de nuestras experiencias de fe, de las cosas grandes que el amado Dios ha hecho en nuestras vidas. Y luego, a través de nuestro comportamiento, que las almas pueden ver también”.
Colaboró en el servir el Evangelista de Distrito Gerardo Mancini. Al finalizar, el Apóstol Suter junto a los portadores de ministerio se despidieron personalmente de los fieles. Un momento muy emotivo fue cuando el Apóstol saludó al Anciano en descanso Rubén Adrover con motivo de su 80º cumpleaños.
Fue una maravillosa fiesta para el alma, habiéndose congregado un total de 201 fieles.

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