Lunes 27/10/2025
“Nadie puede secar las lágrimas de otra persona sin mojarse las manos”, dice un proverbio. Cómo se puede ayudar a las personas a superar los momentos difíciles durante su duelo.
Lo que no ayuda
Comentarios o preguntas como: “Sé cómo te sientes”, “Eres joven, puedes tener más hijos”, “¿Aún no te sientes mejor?” resultan poco delicados y denotan poca empatía.
Para disimular su propia impotencia ante las personas que están en duelo, muchos dicen cualquier cosa sin pensarlo mucho. Por ejemplo, explican que, al fin y al cabo, los hijos de Dios tienen motivos para alegrarse en cualquier situación de la vida, dado que tienen una hermosa fe. Las personas en duelo, que aún están atrapadas en la incomprensión de la pérdida y el dolor, se retraen y se cierran aún más.
Los consejos, por muy bienintencionados que sean, no siempre son bien recibidos. Sobre todo, cuando empiezan con “Tienes que…”.
Los ofrecimientos generales de ayuda como “Puedes llamarme cuando quieras” suelen caer en saco roto. No parecen sinceros y exigen a la persona en duelo un grado de iniciativa propia que difícilmente puede aportar.
Frases como “Ya nos volveremos a ver”, “Tú puedes” o “Dios no comete errores” suelen parecer a las personas en duelo un intento de consolarlas o de restar importancia a su dolor.
Incluso un deseo bienintencionado, pero expresado sin pensar, por ejemplo, después de un funeral: “Que pases una buena noche”, puede herir a una persona en duelo. ¿Cómo podría ser agradable la noche sin la pareja amada?
Lo que ayuda
Mostrar disposición al diálogo, por ejemplo, con preguntas participativas: “¿Qué es importante para ti en este momento?”. La persona en duelo puede entonces decidir por sí misma si quiere hablar o no.
Escuchar. Quien escucha las preguntas de la persona en duelo y comprende sus sentimientos, muestra una verdadera empatía. Las personas en duelo necesitan personas con las que puedan hablar sobre su ser querido fallecido y sobre su dolor.
Estar presente. Muchas personas evitan encontrarse y hablar con personas en duelo por desconcierto y miedo a hacer algo mal. Pero cuando las personas en duelo notan que se las evita, se sienten aún más solas.
Aceptar a las personas en duelo sin juzgarlas. Sobrellevar el duelo sin querer desviarlo lo más rápido posible. “Pero mira qué hermosas son las flores” no ayuda a la persona en duelo. En cambio, hay que demostrarle que se está a su lado, aunque la fase del duelo vaya a durar mucho tiempo.
No desanimarse por las negativas y no tomárselas como algo personal. Quien hoy necesita tiempo para sí mismo, quizá mañana se alegre de tener un amigo que lo escuche.
En los días conmemorativos o festivos, que son especialmente dolorosos para las personas en duelo, quizás los alegra recibir una llamada, una tarjeta o unas flores.
Invitar también a viudas o viudos. Muchos círculos de amigos están formados por parejas. Las viudas y los viudos suelen rehuir acudir solos a las reuniones habituales. Por lo tanto, los amigos deben decir y demostrar claramente que la persona que ha perdido a su pareja sigue formando parte del grupo.
Acercarse a las personas durante su duelo con ofrecimientos de ayuda concretos, por ejemplo: “Si quieres, mañana te traeré sopa”. La atención, la cercanía y el acompañamiento pueden ser beneficiosos para una persona en duelo transmitiéndole una sensación de seguridad y apoyo.
Fuente: nac.today – el magazín de noticias de la Iglesia Nueva Apostólica Internacional