Tras las huellas de Sietze Faber

Lunes 22/09/2025

Hace 125 años, un hombre fue ordenado Apóstol para Sudamérica. Nadie lo recordaba realmente, pero entonces, un trabajo en conjunto argentino-holandés se propuso buscarlo.


Se sabe muy poco sobre Sietze Faber –también escrito Sytze o Sixto– y de su actividad en Sudamérica. El último contacto con él fue registrado en 1913, después de lo cual desapareció todo rastro.
En la década de 1960, el Apóstol Karl Weinmann fue el primero en intentar seriamente desentrañar el misterio que rodeaba al Apóstol Faber. Sin embargo, las fuentes y los documentos disponibles eran más que escasos. Parte del material histórico se había perdido y los resultados de la investigación eran más bien modestos.

En busca de pistas

El Apóstol en descanso Vicente Teti, de Argentina, se embarcó en la búsqueda de pistas junto con el archivo de la Iglesia Nueva Apostólica de los Países Bajos. La investigación se prolongó durante varios años e incluyó, entre otras cosas, una investigación genealógica, visitas a los registros civiles de múltiples pueblos y ciudades de Argentina, entrevistas con historiadores y descendientes de Faber.
El Apóstol Teti relata: “Observábamos que el conocimiento sobre Sietze Faber era una incógnita aún más grande para ellos [los bisnietos] que para nosotros”. Y continúa: “La mayoría de los comentarios sobre los abuelos resultaron coincidentes en que fueron muy reservados sobre su historia”. Sin embargo, el Apóstol Teti pudo arrojar luz sobre el tema.

¿Quién era Sietze Faber?

Nacido el 24 de septiembre de 1861 en Frisia, Países Bajos, provenía de una familia de la Reforma. Se ganaba el sustento como jornalero y en mayo de 1884 se casó con su esposa Antja (Ana) Leen. Juntos tuvieron seis hijos. Finalmente, se sintió atraído por el extranjero. Así, la familia emigró a los Estados Unidos en 1889 y en 1894 continuó su viaje hacia Argentina.
Faber se estableció como agricultor en la provincia de Córdoba, en vecindad con otros inmigrantes holandeses. Cuatro años más tarde, a través de ellos, descubrió la fe nuevoapostólica, poco después fue sellado y en 1900 recibió el ministerio de Apóstol para Argentina.

Un Apóstol para Argentina

El holandés fue ordenado Apóstol el 16 de septiembre de 1900 en Ámsterdam por el Apóstol Mayor Friedrich Krebs. “Este nuevo Apóstol Faber que fue llamado para la Argentina, era un hombre lleno de fe, mucho conocimiento no podía demostrar, pero el examen que una vez había hecho Pedro, ese también lo pudo hacer Faber”, informan las revistas de la Iglesia de septiembre y octubre de 1900.
El propio Faber declaró después de su ordenación: “No soy un predicador y tampoco conozco la Biblia, pero atestiguaré sobre el amor del Salvador. He visto y presenciado los actos de Dios y fui salvado por su Obra”.

Éxitos entre dificultades

Sobre su actividad como Apóstol dice en las fuentes: “En Argentina, la misión del Apóstol Faber está coronada por la bendición y el éxito. Mediante el Sellamiento, los miembros fueron adoptados en el nuevo templo vivo de Dios y así se fundó una pequeña comunidad”. Viajó por todo el país a caballo, en carros, trenes y barcos para celebrar Servicios Divinos, prestar asistencia espiritual y realizar Santos Bautismos y Sellamientos.
Sin embargo, en 1907 se leía también: “Tiene que lidiar con muchas dificultades”. Por un lado, esto se debía a que la zona donde vivía estaba poco poblada y las ciudades quedaban muy lejos. Por otro lado, como agricultor, tampoco se libró de las sequías y tuvo que vender su ganado para cubrir las deudas. El Apóstol vivía en la pobreza extrema. No obstante, el Apóstol Jacob Kofman, bajo cuya autoridad trabajaba Faber, afirma: “La Obra de Dios prospera muy bien en estas circunstancias”.
El Apóstol Faber permaneció activo hasta una edad avanzada. Una de sus nietas recuerda su barba blanca y que todas las tardes se ponía sus mejores galas: camisa blanca, corbata y traje negro. Con un pequeño librito en la mano, salía a hacer visitas a los hogares. También celebraba Servicios Divinos en un cobertizo de su casa, en cuya parte delantera colgaba una cruz de hierro, realizando Bautismos con Agua hasta poco antes de su muerte. El 28 de enero de 1929 falleció en Chazón (Córdoba, Argentina) a la edad de 67 años.

La búsqueda de huellas y sus consecuencias

Tras su descubrimiento en Chazón, el 2 de diciembre de 2017, la tumba de la familia Faber en una pequeña ceremonia fue declarada oficialmente monumento protegido.
Además, un profesor de la vecina localidad de Pascanas encargó a sus alumnos que escribieran un trabajo sobre los inmigrantes de la zona. Algunos de los alumnos se decidieron por la historia del Apóstol Faber…

Fuente: nac.today - el magazín de noticias de la Iglesia Nueva Apostólica Internacional.
Fuente: Teti, V. 2018. Pioneros en la Argentina. Iglesia Nueva Apostólica Sud América.

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