Un viaje en cinco pasos

Viernes 11/02/2022

Desde el miércoles 2 al domingo 6 de febrero, el Obispo Mario Morales visitó comunidades en las provincias argentinas de San Luis y Córdoba. Servicios Divinos, reunión con siervos y Santo Bautismo, fueron algunas de las actividades desarrolladas durante su viaje.


Miércoles
El programa de tareas del Obispo Morales comenzó en la provincia de San Luis. El primer paso fue un Servicio Divino en la iglesia Villa de Merlo. El texto bíblico utilizado fue Isaías 57: 18-19: “He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré”. Participaron de la hora 62 invitados, dos de ellos concurrían a la Iglesia por primera vez.

Jueves
Al día siguiente, el Obispo viajó a la provincia de Córdoba para oficiar en la comunidad La Falda. Se congregaron 27 hermanos y hermanas. "No tomemos el Servicio Divino como una rutina. Porque aquí experimentamos que Dios escucha nuestras oraciones", expresó el siervo durante el encuentro celebrado.

Viernes
Las actividades continuaron con una reunión para portadores de ministerio en la ciudad de Córdoba capital. El viernes por la noche, 42 hermanos se congregaron junto al Obispo en la comunidad Alto Alberdi. Asimismo, todos los siervos del área que no podían acercarse a la comunidad por la distancia, tuvieron la posibilidad de participar del encuentro a través de Internet.

Sábado
El fin de semana el Obispo viajó a la ciudad de La Calera. Por la tarde, ofició en la iglesia que lleva el mismo nombre de esta localidad cordobesa. Asistieron un total de 90 fieles, quienes con mucha alegría fueron además testigos de un acto de Santo Bautismo con agua.

Domingo
El itinerario llegó a su final con un Servicio Divino en la iglesia Villa María, Córdoba. Aquí se celebró la hora junto a 19 invitados. El texto bíblico fue el mismo que se había utilizado el día anterior, Apocalipsis 14: 1: “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”. “La familia que ora en comunión, quedará unida. El Señor no dejará caer en vergüenza al que ora y ofrenda”, manifestó el Obispo entre otros conceptos.

“¡Hasta siempre, querido Obispo!”, fueron las palabras llenas de amor que recibió de parte de la comunidad, antes de emprender su regreso a casa.

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