Lunes 31/01/2022
"Jesús ayuda a los seres humanos en la necesidad y les muestra el camino al reino de Dios", fue el mensaje del Servicio Divino del domingo 30 de enero que, por transmisión en español, fue realizado por el Apóstol Jorge Franco. Lo acompañó en el servir el Evangelista de Distrito Guillermo Gorini.
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Servicio Divino de palabra – 30 de enero de 2022
Tema: Encuentro con Cristo
Jesús tiene compasión
Texto bíblico: Mateo 17:15-16: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque
estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”
Mensaje: Jesús ayuda a los seres humanos en la necesidad y les muestra el camino al reino de Dios.
Este texto bíblico está referido a Jesús y marca una característica suya que también podemos tomar para nosotros: su compasión. Es algo muy grande, porque compasión no es tan solo movilizarse o sentir pena por la circunstancia del otro. Tener compasión significa ponerse en marcha, hacer cosas para ayudar al necesitado y tratar de solucionar el problema. Así lo hacía Jesús.
Él tenía todo el poder, hacía milagros y se le acercaban muchos necesitados. Él los ayudaba. Pero lo primero que hacía era dar testimonio del reino de Dios. Era su misión primordial. Se compadecía, tenía ese sentimiento hacia aquellos que le rodeaban, pero nunca dejaba de dar testimonio del reino de Dios y del camino a Dios. Porque no había venido solamente para solucionar problemas humanos o cotidianos, sino que como Hijo de Dios era la puerta abierta a un futuro maravilloso: a la patria celestial.
Jesús tiene compasión hoy
Jesús tuvo compasión en aquel entonces y tiene compasión de la misma manera con nosotros. Eso puede ser un punto fuerte para nuestra vida de fe, para nuestras situaciones. Jesús también está a la expectativa de nuestras necesidades. Nunca va a dejar de vincularse, de ayudarnos, de enseñarnos y de mostrarnos el camino a la patria celestial. Durante la necesidad, va a obrar. Por eso le rogamos, le pedimos todas las cosas. Por eso nos acercamos. Nos hace bien hablar con Él. Nos escucha, es una presencia permanente para nosotros.
Dice también el texto al comienzo la expresión: “al ver las multitudes”. Este término puede referirse a una gran cantidad de personas, pero también a una gran diversidad de situaciones. Y no solamente para ese momento, contemporáneo de Jesús, sino para todos los tiempos, lo cual nos alcanza también a nosotros.
Como dice aquí, estaban desamparados y dispersos espiritualmente. Pero Jesús no se quedó tan solo con descubrir un problema porque, como dijimos, compasión es actuar. Jesús deseaba generar pastores para conducir a esas personas hacia Dios, a ese proyecto de vida espiritual maravilloso y así lo hizo. Él mismo se pudo constituir en el Buen Pastor.
Si confiamos y creemos en Cristo, entonces no tenemos que sentirnos solos ni desamparados. Tenemos que estar seguros. Jesús es la gran puerta de la gracia
A sus discípulos les enseñó cómo tenían que hacer. También en la actualidad en nuestra vida, en nuestras comunidades, en nuestro entorno, está la solución: rogar a Dios. Hay que pedir todas las cosas a Dios. Él escucha y es poderoso. Entonces puede despertar corazones y la ayuda oportuna, en el momento que más necesitamos, por medio de aquel que Dios envía y que pueden ser nuestros ángeles visibles. Esto lo hemos vivido muchas veces y es una gran experiencia que llevamos en el corazón. Dios se muestra, pero hay que rogar.
Ser ayudadores
En aquel tiempo, el pastor de ovejas era aquel que guiaba, que conocía los pastos y reconocía las aguas, el que curaba, el que protegía de noche. Jesús les dio a sus discípulos el envío y el
Encargo, les explica en forma detallada y maravillosa todo lo que tenían que hacer y cómo tenían que obrar.
Hoy el amado Dios obra de la misma manera. Guía a la humanidad a través de seres humanos imperfectos, pero que obran en el nombre de Cristo y dejan de lado sus propios intereses y opiniones. Entonces pueden generar también una expectativa espiritual de vida que va más allá de nuestra propia existencia humana, de nuestro propio día cotidiano. Por supuesto, no renunciamos a esto. Amamos la vida, la llevamos adelante con la bendición de Dios. Pero hay algo mucho mayor.
Y luego, podemos también nosotros, cada uno ser un pastor. Ya no referido a un ministerio sino a poder ser una guía, un ayudador. Tener compasión con aquellos que están dispersos, desorientados. Cuán bien les vendría una palabra, decirles: “aquí está Dios, acá está la bendición, acá está la verdad. Puedes seguir con tus deseos y proyectos pero esto es mucho mayor”.
Entonces tenemos también nosotros una tarea como hijos de Dios. Porque todos necesitan a Dios. Algunos lo buscan, otros no, pero todos necesitamos de Dios. Y nosotros podemos ser ayudadores.
Jesús ayuda a los seres humanos y les muestra el camino al reino de Dios. Lo hizo en ese momento y lo hace hoy. Nos ayuda también a nosotros en cada necesidad. Rogamos al Señor por toda nuestra vida, le abrimos el corazón, con nuestras alegrías y nuestras preocupaciones. Pero también nos pide hoy que cada uno pueda constituirse en una ayuda.
Que tengamos cada uno esta hermosa experiencia, porque no solamente vamos a ayudar a otros sino que en esa ayuda vamos a ser muy felices, porque vamos a sentir el obrar de Dios que pasa por el corazón.