¿Adentro o afuera?

El domingo 11 de marzo de 2018 el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por el Apóstol Jorge Franco y el Obispo Oscar Fernández, presidió un Servicio Divino en conjunto en la iglesia central Buenos Aires, del que participaron 1.168 invitados.

El texto para el desarrollo de la prédica fue Colosenses 4: 5-6: “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.
Tomando entonces la expresión que allí menciona de “los de afuera”, el Apóstol de Distrito explicaba que se refiere a todos aquellos que no forman parte de la Iglesia de Cristo. Forman parte de ella quienes han sido bautizados en el nombre del trino Dios, que se confiesan a Cristo, siguen su ejemplo y su Evangelio. Esto es invisible para nosotros. Tú y yo, ¿formamos parte de la Iglesia de Cristo? Solo Dios sabe cuánto cada uno de nosotros está confesando a Cristo y siguiendo plenamente el Evangelio. Quisiéramos formar parte de ella.
El Apóstol Pablo nos enseña cómo deberíamos proceder ante aquellos que no han sido bautizados o que, habiendo sido bautizados, decidieron alejarse del seguimiento a Cristo.
“Andar sabiamente”, es andar seguro de quién soy, qué es lo que quiero, hacia dónde voy, confiando en la palabra de Dios y en el camino de Cristo. Sin “adaptar” el Evangelio a nuestro tiempo o a nuestras formas, porque el Evangelio es uno, no cambia. Nos adaptamos al Evangelio de Cristo. Entonces el amado Dios podrá utilizarnos como sus herramientas, dando testimonio con nuestra vida, con nuestro ejemplo y amándonos unos a otros, también a quienes no forman parte de la Iglesia de Cristo.
“Redimir el tiempo”, es administrar el tiempo que Dios nos ha dado. Nos preguntamos cuánto tiempo dedicamos a nuestra condición como hijos de Dios, a nuestra alma, a la oración, a dar testimonio. Pero no se trata de vivir hablando del Evangelio, sino de que en nuestras palabras y actitudes se perciba al hijo de Dios, a alguien que sigue a Cristo.
Luego de compartir el servir con el Apóstol Franco y el Obispo Fernández, el Apóstol de Distrito invitó al Anciano Licciardi a ocupar el altar. En el marco de esta hora tendría lugar su colocación en descanso ministerial, como así también la ordenación del Evangelista de Distrito Gustavo Santoro como Anciano de Distrito. A su vez, el Evangelista de Distrito Gerardo Mancini, quien hasta ahora activaba en la región argentina de Cuyo, recibió el encargo para colaborar en el distrito N° 50 (Buenos Aires). Así culminaba otra hora plena y emotiva en la casa de Dios.